La importancia de las competencias lingüísticas —es decir, los idiomas— no deja de aumentar en un entorno cada vez más internacional. Las empresas tienen carteras de clientes multilingües y también hay necesidades personales: una nueva oficina en otro país necesita un responsable o una persona que se encargue de dar la formación inicial a los empleados. Un empleado necesita repasar sus conocimientos lingüísticos para una misión en el extranjero. Una persona quiere mejorar sus competencias lingüísticas antes de mudarse de forma permanente a otro país. En este caso, conocer bien el idioma local también es una ventaja social.
En otras palabras, las necesidades son muy variadas. Las competencias lingüísticas deben seguir desarrollándose a nivel empresarial e individual. ¿Cómo se puede combinar la formación en idiomas con el trabajo y el tiempo libre? Afortunadamente, hay opciones flexibles.
¿Qué opciones tienes para mejorar tus competencias lingüísticas?
Todo el mundo tiene sus propias razones para estudiar. Quizá quiera refrescar sus conocimientos o aprender un nuevo idioma. La motivación y el tiempo disponible para el aprendizaje también varían de persona a persona. Aunque existen numerosos factores, se puede encontrar la mejor forma de aprender para todo el mundo.
Formación con profesor
Una de las grandes ventajas de la formación con profesor es la posibilidad de hacer modificaciones. Un instructor lingüístico puede evaluar el nivel de conocimientos del estudiante para que pueda seguir desarrollando sus competencias lingüísticas. Si el objetivo es continuar mejorando sus competencias actuales, se puede adaptar la formación para que responda mejor a sus necesidades lingüísticas en sus funciones actuales o futuras. Esto se puede hacer, entre otras cosas, mejorando sus habilidades de presentación y negociación en otros idiomas. Por ejemplo, si la necesidad de desarrollo está relacionada con la redacción de ciertos tipos de textos, la formación se centrará en este objetivo.
En la formación con profesor, la ventaja más importante en cuanto a motivación y continuidad es la retroalimentación. Un instructor profesional es capaz de ver el progreso y hacerlo evidente, lo cual motiva al estudiante para continuar. El estudiante también sabrá en qué debería centrarse para seguir mejorando. A un instructor lingüístico hay que verlo, sobre todo, como un «entrenador». Al igual que ocurre en el mundo de los deportes, su objetivo es mejorar y perfeccionar las competencias del estudiante con los recursos disponibles.
Y sí, un instructor lingüístico puede mandarte deberes. Esto, evidentemente, depende del instructor, pero seguramente tengas deberes, ya que se supone que el aprendizaje debe perpetuarse más allá de las clases. Es una vía de doble sentido: si algo de lo que se ha hablado en clase sigue sin estar claro o si surgen dudas fuera de clase, se pueden y deberían compartir con el instructor, que está ahí para ayudar y corregir los errores.
La formación con profesor se puede hacer con una sola persona o en grupos pequeños. En el caso de los grupos pequeños, los participantes deben tener un nivel de conocimientos similar para que todos puedan beneficiarse plenamente de la formación. Nadie quiere ir a clase para repetir cosas que ya sabe o perderse desde el principio.
La tecnología de la información aporta flexibilidad a la formación con profesor, ya que la formación se puede impartir en línea. Los alumnos pueden participar utilizando su ordenador en el trabajo o en casa, por ejemplo. Solo necesitan un portátil, una tableta o un smartphone. Aun así, la mayoría de los estudiantes prefieren la formación presencial, que puede realizarse en la sala de reuniones de la empresa o cualquier otro espacio tranquilo que se pueda reservar. La formación también se puede realizar en las instalaciones de Acolad.
La formación con profesor está especialmente indicada para estudiantes que necesiten una mejora considerable en el idioma hablado o en la redacción de tipos de textos determinados. Esto siempre requiere una personalización. Los temas y contenidos se seleccionan para que contribuyan al desarrollo de las competencias lingüísticas y el desempeño en el trabajo.
La formación con profesor exige un compromiso y la posibilidad de asistir a las clases. El estudiante podría necesitar la autorización de su empleador para asistir a las clases en horario de trabajo. Una forma muy popular de organizar la formación consiste en programar las clases durante el descanso para comer.
Autoaprendizaje
El autoaprendizaje ofrece una variedad de opciones especialmente amplia. Hay una cantidad ingente de diferentes materiales didácticos, incluso en bibliotecas, Todo ello se complementa con una amplia oferta de material didáctico digital.
El hecho de que haya tanto material disponible dificulta la elección. ¿Qué materiales son los más adecuados para ti y respaldan mejor tus necesidades de desarrollo personal? Se puede tardar bastante en tomar la decisión adecuada.
En el autoaprendizaje, el estudiante tiene que estar motivado para garantizar el estudio sistemático a largo plazo. Tiene que tener unos objetivos claros. Si quieres aprender a dominar un idioma por tu cuenta, necesitarás mucha disciplina y motivación.
Una de las ventajas de este método es la flexibilidad que ofrece. Los materiales de autoaprendizaje rara vez dependen del lugar o el momento. Puedes hacer los ejercicios por la noche en casa o aprovechar tus desplazamientos para poner a prueba tu comprensión auditiva. En lo que respecta a la libertad, el material de formación digital está en un nivel totalmente diferente al de la formación con profesor.
Las oportunidades para el autoaprendizaje en horas de trabajo pueden ser escasas, a menos que el empleador proporcione materiales y fomente el estudio de otra forma. Las competencias lingüísticas de los empleados siempre son una fortaleza para las empresas, ya que sus conocimientos se reflejan en su capacidad para atender a los clientes y otras partes interesadas.
Sin embargo, el autoaprendizaje no es capaz de cubrir todas las destrezas. Los materiales de autoaprendizaje son ideales para mejorar tu comprensión auditiva y lectora, pero no son tan eficaces como la formación con profesor para mejorar la expresión oral. Esto también es aplicable, en cierta medida, a la expresión escrita. También falta esa retroalimentación tan vital que te ayuda a centrarte en tus necesidades personales de desarrollo. El material didáctico digital suele ofrecer correcciones de ejercicios y pruebas, de manera que el estudiante tampoco se queda sin ningún tipo de retroalimentación.
Aprendizaje híbrido
La formación híbrida combina las ventajas del autoaprendizaje y la formación con profesor, y permite desarrollar todas las destrezas lingüísticas. El instructor lingüístico se centra en las necesidades de desarrollo y aporta retroalimentación y consejos para mejorar. Fuera de clase, el estudiante se centra en los materiales de autoaprendizaje de forma independiente o con supervisión. Por eso se necesitan menos clases particulares que con la formación con profesor.
La formación híbrida es más eficaz cuando el estudiante sabe que necesita la motivación y orientación de un instructor lingüístico, pero también está motivado para utilizar su propio tiempo para mejorar sus competencias lingüísticas. El instructor es responsable de ayudar al estudiante a practicar sus destrezas en el trabajo de la forma más eficaz posible.