En el contexto de la traducción, el término "técnico" suele referirse a todos los ámbitos en los que se utiliza una determinada terminología, estilo y quizá incluso una jerga específica del sector. A diferencia de la traducción literaria, la creatividad no es realmente necesaria, pero la precisión es esencial.
¿Cuáles son las características de la traducción técnica?
En primer lugar, cabe señalar que la traducción técnica puede dividirse a su vez en subcategorías, por ejemplo, traducción jurídica, traducción médica, traducción financiera y bancaria, traducción de patentes, traducción aeronáutica, etc.
Todas estas áreas se consideran "técnicas" porque requieren que el traductor tenga ciertos conocimientos en la materia.
Imagínese traducir un texto jurídico sin saber qué es un contrato, qué son las cláusulas y qué está en juego. Lo mismo puede decirse del sector médico, que requiere profundos conocimientos de biología, especialmente del cuerpo humano y sus funciones.
TERMINOLOGÍA La clave de la traducción técnica
El vocabulario suele ser específico del sector y debe ser exacto. No basta con "acercarse lo suficiente": esto podría dar lugar a errores de significado e interpretaciones ambiguas, lo que no es admisible en ámbitos como el sector médico o en un contexto jurídico. Un error puede tener graves consecuencias. Es fácil imaginar los terribles efectos de una mala traducción del manual de instrucciones de un aparato de diagnóstico médico por imagen o de un contrato entre dos grandes empresas, por ejemplo.
En traducción jurídica, existe la complejidad añadida de las diferencias entre las legislaciones francesa, inglesa, alemana y española. Por ello, es esencial conocer a fondo estas disparidades y saber adaptar determinados elementos para que los documentos se ajusten al ordenamiento jurídico del país de destino. En la UE, un traductor debe conocer tanto las leyes de los países como la legislación comunitaria.
Sin embargo, eso no hace necesario estudiar Derecho o Medicina durante diez años para poder traducir bien en estos ámbitos. Contrariamente a lo que podría esperarse, no es más eficaz pedir a un médico o a un abogado que traduzca un texto de su especialidad, ya que la traducción es un oficio en sí mismo que requiere profundos conocimientos lingüísticos, así como otras competencias que otros profesionales podrían no tener.
Gracias a Internet, los traductores tienen a su disposición numerosos sitios web, léxicos y glosarios que les permiten aprender rápidamente las nociones básicas sobre un tema y formarse en un área para especializarse.
Como en muchas profesiones, es la práctica la que demostrará si un traductor técnico es bueno o no. En cualquier caso, una traducción técnica debe realizarla un traductor profesional especializado en el área en cuestión. Ahí está la clave del éxito de una traducción técnica.