La creciente expectación en torno a la IA en el sector de los servicios lingüísticos
El sector de las ciencias de la vida reconoce cada vez más que la IA puede revolucionar los servicios lingüísticos, una tendencia que confirman los resultados de nuestra encuesta. Un increíble 70 % de los encuestados conoce aplicaciones de IA para traducción y localización y un 61 % de las empresas ya ha integrado la IA en sus tareas lingüísticas, como traducción, interpretación y creación de contenido. Esto muestra que la IA se está convirtiendo rápidamente en una herramienta favorita para agilizar los servicios lingüísticos en las ciencias de la vida.


Las soluciones impulsadas por la IA, como la traducción automática (TA) y los modelos del lenguaje de gran tamaño (LLM), ofrecen numerosas ventajas. Pueden acelerar la creación y distribución de contenido, lo que ayuda a las empresas a cumplir los ajustados plazos regulatorios y a garantizar que la información vital llegue rápidamente a las autoridades y partes interesadas. Esto puede cambiar las reglas del juego, ya que acelerará la comercialización de nuevos productos y terapias.
Pero no todo es velocidad. La IA también puede mejorar la precisión y la eficacia en diferentes tareas relacionadas con los idiomas:
- Transcripción de contenido de audio y vídeo (70 %): las herramientas basadas en IA pueden transcribir citas de ensayos clínicos, entrevistas y otros tipos de contenido de audio y vídeo, lo que libera tiempo y recursos valiosos.
- Creación y traducción de contenido de marketing (48 %): la IA puede ayudar a las empresas de las ciencias de la vida a llegar a un público global generando contenido de marketing de calidad en diferentes idiomas.
- Participación y respaldo de pacientes multilingües (39 %): los asistentes virtuales y chatbots impulsados por IA ofrecen asistencia en diferentes idiomas, lo que mejora el grado de satisfacción de los pacientes y los ayuda a seguir los tratamientos.
- Traducción de informes de farmacovigilancia (17 %): la IA puede agilizar la traducción de informes de eventos adversos, lo que permite una identificación y respuesta más rápidas a las señales de seguridad.
Cómo encontrar el equilibrio adecuado: IA y experiencia humana
Aunque la IA ofrece un gran potencial, es importante recordar que dejar los servicios lingüísticos únicamente en manos de la IA conlleva diferentes retos. Los modelos de IA necesitan datos de alta calidad para producir traducciones precisas y pueden tener dificultades con los matices del complejo lenguaje científico, así como consideraciones éticas.

El 43 % de las personas que participaron en nuestra encuesta cree que el escenario ideal es el de una implicación de la IA del 26-50 % en los servicios lingüísticos. Esto destaca la importancia de la supervisión y la intervención humana. Un enfoque híbrido que combine las fortalezas de los lingüistas humanos y herramientas de IA puede generar los mejores resultados.
Uno de estos enfoques es la posedición de traducción automática (MTPE), en la que la traducción inicial se hace mediante traducción automática o IA y, posteriormente, se somete a la revisión y perfeccionamiento de especialistas humanos. Esto asegura la velocidad y la precisión, y permite realizar traducciones de alta calidad.
Tal y como subraya el informe Slator de 2024, la MTPE está ganando terreno en el sector de las ciencias de la vida, lo cual pone de manifiesto su valor a la hora de manejarse en situaciones en las que se necesita rapidez y garantiza una comunicación precisa. Por ejemplo, durante la presentación de ensayos clínicos, en la que los ajustados plazos regulatorios pueden suponer un reto, la MTPE puede ayudar a agilizar la traducción de solicitudes de información de las autoridades sanitarias. De forma similar, en la farmacovigilancia, donde es fundamental que los eventos adversos se notifiquen de forma rápida, la MTPE puede asegurar una comunicación precisa y puntual con los organismos reguladores.
Ahora podemos ir varios pasos más allá para reducir el alcance de la participación humana utilizando la posedición automática (PEA) y la estimación de la calidad automática (ECA), todo ello a la vez que se mantiene el equilibro entre eficacia y gestión de riesgos.