Poco después de comenzar a desarrollar una aplicación digital para su línea de productos OneTouch, LifeScan se dio cuenta de que tenía que lanzarla en todo el mundo y en varios idiomas al mismo tiempo.
La aplicación se diseñó para ayudar a las personas que utilizan productos de monitorización de la glucosa a gestionar la diabetes de forma más fácil con un smartphone o una tableta.
El potencial del mercado era enorme y tenían previsto abastecer a 26 países con fechas de lanzamiento exigentes para cada región. Aunque normalmente se tardaba unos seis meses en sacar los productos al mercado, el nuevo calendario de lanzamiento de aplicaciones suponía reducir drásticamente este plazo para seguir siendo competitivos.
LifeScan necesitaba un socio que le ayudara a lanzar la aplicación al mercado de la forma más eficiente y con la mayor calidad posibles.